lunes, 10 de enero de 2011

Hay gente que le gusta empujar.....

La violencia viene de la palabra latín “violentia”, es un comportamiento deliberado que puede provocar daños físicos o sicológicos a otros seres.
¿Por qué el ser humano decide ser violento? Existe un proyecto llamado Peace Revolution (www.peacerevolution2010.org). Este grupo de personas está convencida que el mundo logrará estar en paz sólo cuando las personas aprendan a estar en paz consigo mismas.
“They are frustrated by the quest for lasting happiness….. Many look to materialism and the abundance of possessions they can amass, or they become co-dependent on relationships and the acceptance of others.” (Parte del inicio de su página web)

Hace tiempo que ando en busca de cierta paz interior. No sé si algún día lleguemos a la utopía de que cada ser humano encuentre su paz interior y así terminen las guerras y el sufrimiento, pero al menos creo que el impacto de personas pacíficas sí puede generar un cambio. Espero un día llegar a serlo.

El viernes alguien me empujó. Fue uno con el hombro, de tipo desmesurado y ofensivo. Yo estaba en una discoteca cuando sentí un empujón semejante al de un pequeño ternero. Por supuesto que nunca he sido empujada por uno, pero ese día y a esa hora lo sentí así, tal vez también como me dice una amiga porque se trataba de un cuerpo pequeño con algunos kilos de más. Era bien temprano aún. No reaccioné en el momento porque lo primero que sentí fue una interrogante de qué chibolo/a estaba tan borracho/a a esa hora  para perder el equilibrio de esa manera y luego sentí pena al imaginar ese grado tan alto de alcohol que probablemente hacía que la persona no se diera cuenta del empujón porque no hubo una disculpa de por medio.


 
Cuando volteé vi que se trataba de alguien a quien “conocía” Una persona con la cual nunca he hablado pero sí visto muchas veces. Recordé como hace años me gritaba, un poco o mucho pasada de tragos, que era una fea. Persona a la cual si bien nunca me interesaría tenerla entre mis amistades (mis amigos o las personas de alma saludable no suelen empujar a otros, al menos no sin razón alguna) nunca le he faltado al respeto  ni se lo faltaré.

En ese preciso momento, cuando vi a ese pequeño y grueso animal seguir de largo luego del empujón, quise haber reaccionado rápido para devolvérselo o que más tarde alguien le tire un vaso de cerveza encima. Luego de que pasó esa sensación de primera respuesta no dejé de pensar en el tema, de preguntarme por qué muchas veces la gente decide ser violenta o, lo que es peor, decide hacer una minúscula obra de ridiculez para sentirse superior. Hace mucho tiempo creo haberme propuesto dejar de querer sentirme superior porque el ego es una de las cosas que más daño puede hacer. Mientras conquistamos que nuestro ego esté cada vez más abajo la mente se centra más, sientes paz y se es capaz de tomar mejores decisiones. Te das cuenta que absolutamente cada acción en tu vida tiene una consecuencia y que no eres nadie para que esa consecuencia dañe a otros.

Vi en ella dejadez en su cuerpo y en un peinado que asemeja un ego que no deja de querer ser más alto.

Fue una noche muy extraña, decidí irme temprano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario